El clamor del silencio

martes, septiembre 05, 2006

Contemplar el infinito...

Esa mirada sin fundamento, observando lo más profundo del alma; esa introversión del espíritu que se congela a cada momento y vuelve a la vida con el más mínimo suspiro...
Inhalar el triste aroma de las flores que cada día se acercan más al invierno y que provoca una reacción eficaz para apaciguar el sentimiento de soledad que suele naufragar por mi pensamiento...
Aquellos momentos fraguados al son de las risas intempestivas, forjadas por susurros de aliento y embalsamados por el dulce néctar de la memoria fiel...
Volver a la vida después de una visita al interior del corazón y pensar que dentro de uno mismo es posible contemplar el infinito...

"Au revoir"