LLuvia en la ventana...

Tarde nublada, el cielo gris, pequeñas gotas de lluvia caían constantemente, sin parar, pero no muy fuerte ni haciendo un ruido estridente...
Las nubes no tenían su brillo acostumbrado, el viento silbaba notas de música tranquila, el frío se infiltraba sigilosamente por los resquicios de la ventana...
Y yo recostado en el sillón, sin importarme lo que pasaba a mi alrededor, miraba por la ventana esas gotas de lluvia que se estrellaron; esas diminutas gotas que quizás tenían la esperanza de llegar al suelo y a lo mejor ser de ayuda...
Pero no, su destino fue chocar contra ese vidrio transaparente, empañado y con algunos rastros de desgaste; no pudieron seguir camino, ni llegar a su posible destino...
Pero con el tiempo, la gota se evapora y vuelve a subir, y quizás en un tiempo si pueda llegar al suelo y cumplir su comentido...
Eso nos suele pasar, nos topamos con algo que nos impide llegar a nuestra meta, pero tenemos más oportunidades; no hay que perder el ánimo y seguir adelante...